Parece clara la relación entre los medios de comunicación y los grupos de poder. Estos primeros son los que costean los segundos de manera que sin ellos no existirían o, al menos, no como los conocemos. La intención responde a dos vias para mantenerse arriba:
- Una por supuesto es la económica.
- La segunda es la ideológica en el sentido más amplio de la palabra
La primera cuestión es más fácilmente detectable, pero la segunda seguramente nos cause más inseguridad sobre si nos están o no engañando o simplemente la persuasión nos pase totalmente desapercibida aunque no sus efectos.
Los medios de comunicación no venden productos; eso es lo que nosotros, consumidores ,compramos. Lo que nos venden son estilos de vida ( valores, formas de actuar, formas de considerar la realidad,...) esto es mucho más rentable claro: están creando cantera. Lo más curioso que es para vendernos una idea o un producto suelen usar las mismas herramientas: la música, los colores, el sexo, las risas, el llanto. Al respecto me resulto especialmente revelador un libro de Joan Ferrés -Televisión y educación (Paidós, 1994)- en él entre otras cosas explica como, al subir nuestro estado emocional bajan nuestros filtros racionales y aquí es cuando aprovechan para lanzar, directamente al subconsciente, los mensajes propagandisticos y publicitarios.
En lo que respecta a si un grupo social con presencia en los medios puede tener más influencia social, esta claro que si, da igual que lleven o no lleven razón; no se como estarán configuradas nuestras mentes telespectadoras pero cuando nos repiten algo cincuenta veces lo acabamos incorporando a nuestras vidas ( aquella canción que antes no te gustaba, el color que decías que nunca usarias, la idea que pensabas que nunca pensarias, en fin esas cosas, ...). Es posible que si todos los grupos sociales tuviesen las mismas posibilidades de acceso a los medios, la democracia funcionaria un poco mejor. Esta descompensación en la posibilidad de acceso a los medios se ve muy bien ilustrada en las campañas electorales, en las que los grandes se ven mucho más que los pequeños partidos politicos.
La publicidad, la propaganda...acaban viniendo a llamar a tu puerta y aunque no quieras pasan
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